El seguimiento mejora la eficacia y la efectividad del desarrollo al revisar el rendimiento y utilizar pruebas para ajustar la programación con el fin de obtener resultados óptimos. Un buen seguimiento comienza con una buena planificación y una clara identificación de lo que un programa o un proyecto procurará alcanzar con recursos específicos. Es una función de gestión continua que les proporciona retroalimentación regular a quienes toman las decisiones. Las pruebas de la supervisión también funcionan como un aporte crítico para la evaluación y permiten la presentación de informes con base empírica. Todas las actividades de programación del PNUD deben cumplir con las normas y las políticas de seguimiento, por las cuales deben rendir cuentas los gerentes de los programas nacionales y regionales y de todos los proyectos.